|
|
Serie Alquimia Parte III
Aparecido en la Revista „Paracelso“ Número
Septiembre 2004 (Pagina 10-15)
|
Deutsch |
| English |
|
El Sendero de la Energía de la Vida: La Estrella
Secreta de Siete Puntas
La imagen alquímica de la estrella de siete
puntas Vitriol (septagrama) revela –como casi ninguna otra
imagen– el profundo conocimiento de los grandes alquimistas
como Paracelso. Muestra su conocimiento sobre la influencia de los
siete planetas en el curso de la energía vital en el ser
humano e incluso en el cuerpo viviente de nuestra Tierra.
Ulrich Arndt
A menudo, los escritos relativos a la alquimia se han hecho muy difíciles
de entender, intencionadamente. Muchos alquimistas –y también
Paracelso– fueron tratados con hostilidades de diversos tipos.
A menudo viajaban a lo largo de sus vidas por Europa, algunos incluso
llegaron a Oriente Medio y al Norte de África para poder escapar
de la avaricia de gobernantes y la estrechez de mente de los hombres
de iglesia de aquel tiempo. Sin embargo, debido a esta amenaza, no pudieron
exponer abiertamente en libros todo su conocimiento. Por eso, se referían
a éste en alegorías, usaban nombres secretos para sustancias
y procedimientos de laboratorio importantes, y dibujaron imágenes
crípticas con varios niveles de significación. Esto ha
contribuido a la dificultad actual de comprender su conocimiento teórico
y práctico. Por lo tanto, se han necesitado más de veinte
años de estudios comparativos de los escritos antiguos, combinados
con investigaciones prácticas de laboratorio, para redescubrir
los elixires curativos de Paracelso, tales como, por ejemplo, la esencia
de oro ”Aurum Potabile” (ver números 6 y 7). Sólo
de esta forma pueden descifrarse las bases más importantes para
el elevado arte de la alquimia, es decir –como se describe en el último
número– el conocimiento de los disolventes secretos de la
alquimia; sólo con la ayuda de los cuales es posible la producción
de ”Arcanos Superiores” (éste es el término
para los más elevados remedios de la alquimia) de metales y gemas.
En consecuencia, está ampliamente demostrado por los ejemplos
de la ”estrella de siete puntas Vitriol” y el ”hombre
planetario” el nivel de profunda significación que ha de
descifrarse en las imágenes simbólicas de la alquimia.
La estrella de siete puntas Vitriol es una de las imágenes más
conocidas de toda la alquimia. Fue reproducida en diferentes versiones
por diversos autores. En la Edad Media su conocimiento secreto era considerado
de tal importancia que incluso la Orden oculta de los Caballeros Templarios ”grababa” por
el paisaje francés, en sus castillos, la estrella de siete puntas.
Y esto se hizo de una ingeniosa manera geomántica (de acuerdo
con el conocimiento de las energías de la Tierra), lo cual también
revela un asombroso conocimiento sobre el significado alquímico
de la estrella de siete puntas Vitriol. Más tarde volveremos sobre
esto. Primero echemos una mirada a los componentes principales de la
imagen
La famosa estrella
de siete puntas de la alquimia con la fórmula VITRIOL. |
|
En el centro, la estrella de siete puntas Vitriol tiene una cara
a la que las dos manos a izquierda y a derecha parecen pertenecer
y los dos pies, también. Estas cuatro extremidades se refieren
a los cuatro elementos: En una mano hay una antorcha, que representa
el elemento fuego, en la otra mano hay una vejiga de aire (Vesica
piscis), que representa el elemento aire; un pie está en
el suelo y el otro en el agua. El quinto elemento a menudo se pasa
por alto, pero se sienta encaramado en el trono de arriba en forma
de la doble ala de Hermes. Los cinco símbolos que representan
a los elementos están ordenados en un pentágono de
tamaño normal. Junto al pie, un rey y una reina están
sentados con los símbolos del sol y de la luna, que representan
el poder polar de la naturaleza.
Además la imagen muestra tres formas diferentes: Un triángulo,
un círculo y una estrella de siete puntas. El triángulo
representa la trinidad de cuerpo, espíritu y alma; si uno
sigue las inscripciones de los ángulos: “Corpus”, “Anima” y “Spiritus”,
o, en alquimia, por Sal (= cuerpo, el principio solidificante),
Sulphur (= alma, el principio que mueve) y Mercurius (= espíritu,
el principio que conecta).
Hombre
planetario, según Gichtel. Los siete planetas indican
los ”hornos del alma”, como los alquimistas llamaron
a los siete chakras.
Sobre este triángulo
hay un círculo con siete emblemas y una inscripción
que dice: ”Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies
Occultum Lapidem”, en español: ”Busca en el
interior de la Tierra y encontrarás, rectificando, la piedra
secreta.” Las iniciales de todas las palabras en latín
forman el nombre de VITRIOL. En tiempos anteriores ya se conocía
el vitriolo como el cobre o hierro de vitriolo del cual los alquimistas
hacían ácido sulfúrico para el procesamiento
de metales. Pero Vitriol es también un símbolo alquímico
para el proceso de la transmutación, la legendaria transformación
del plomo en oro. En relación a lo humano esto significa
la transformación de un mundo de oscuridad y enfermedad
en luz, en salud, y en la aurora de la consciencia. Este proceso
no es más que el sendero mítico del Santo Grial,
ya que en las leyendas el Santo Grial representa la realización
de un estado ”más translúcido”, ”más
puro” y ”más iluminado”, respectivamente.
Los siete emblemas en el círculo se refieren también
a esa transformación de la oscuridad en luz y del renacer
en un nivel superior. Muestran símbolos de los duros trabajos
de la ”Gran Obra”, la transmutación del plomo
en oro; en el sentido de las agujas del reloj, comenzando desde
el cuervo en el cráneo, hacia arriba, hasta el unicornio
y la ”resurrección”. Por eso, cuervo y calavera
representan la oscuridad y la materia en su estado de vibración
más baja, a saber: cierta escoria originada en el proceso
de trabajo, llamada caput mortuum. Esta escoria está compuesta
de residuos de óxido férrico o de óxido de
cobre como resultado de la producción de ácido sulfúrico
de sulfatos de metales, por ejemplo, el vitriolo. En concreto,
fue Paracelso quien en sus escritos señaló que incluso
de tal escoria podía obtenerse algo valioso. Aquí el
emblema con el cuervo se refiere al disolvente que contiene amoníaco.
Las otras imágenes describen el proceso de obtención
de una esencia regia o la esencia de oro Aurum Potabile (simbolizada
por águilas llevando la corona); con su ayuda –como
se muestra en la última imagen– se eleva al hombre
de la oscuridad, de lo terrenal y de la inconsciencia, hacia la
luz, y por lo tanto, “renace”, por así decirlo.
Entre cada emblema se sitúa uno de los siete rayos de la
estrella de siete puntas. En cada rayo hay uno de los símbolos
de los siete planetas, empezando de acuerdo con la numeración
de los rayos, con Saturno, Júpiter, Marte, luego el Sol,
Venus, Mercurio, y finalmente, la Luna. Tradicionalmente se asignan
ciertos metales a los planetas: Éstos son Saturno = plomo
(o antimonio, mineral de vitriolo), Júpiter = estaño,
Marte = hierro, Sol = oro, Venus = cobre, Mercurio = mercurio (o
zinc), Luna = plata. Dando los nombres de los planetas, también
se alude a la Gran Obra de los metales, significando la transformación
del plomo en oro.
La secuencia de numeración de los planetas de 1 a 7 corresponde
al llamado orden caldeo de los mismos. En ese tiempo se suponía
que la Tierra era el centro de las órbitas planetarias.
Y el orden establecido por los caldeos hace 3.000 años tenía
el propósito de marcar su distancia descendente desde la
Tierra. Es asombroso: cuando los siete planetas clásicos
se ordenan de acuerdo con el promedio de la velocidad orbital,
empezando con Saturno, el planeta más lento, se da la misma
secuencia. Por ello, es un orden físico muy razonable incluso
aunque se haya demostrado que la concepción geocéntrica
del mundo es errónea.
A finales del siglo XVII, el alquimista Johann Georg Gichtel, en
su famoso “hombre planetario”, describió los
planetas, exactamente de acuerdo con esta secuencia planetaria.
Aquí, los planetas marcan los chakras, los siete principales
centros de energía del hombre, empezando desde el chakra
coronario con Saturno hasta el chakra raíz con la Luna.
Los alquimistas llamaban a los chakras ”los sellos de los
planetas” o ”los hornos del alma”.
Gichtel, ideando su hombre planetario en negro, llamó a
la imagen una descripción del “hombre enteramente
terrenal, natural, oscuro”. La compuerta negra representa
la “fase Nigredo”, literalmente “lo negro”,
la materia oscura, con baja vibración, en el principio de
la Gran Obra. Por eso, es una fase parecida a la mostrada en la
estrella de siete puntas Vitriol: en ella se simboliza el principio
del trabajo con el pájaro negro en la calavera. De la misma
manera que los emblemas en la estrella de siete puntas demuestran
la transformación de la materia, el “oscuro hombre
planetario” tiene que ser transformado y elevado. Por eso,
el orden planetario y la asignación de chakras, tal como
se muestra en la imagen de Gichtel, representan el mismísimo
principio del proceso. Marcan una fase en la que las fuerzas de
solidificación dominan el mismo, retrocediendo y, finalmente,
muriendo. Sin embargo, hay oculta una indicación en ambas
imágenes; la de la estrella de siete puntas y la del hombre
planetario, una indicación sobre cómo los planetas
pueden combinar su acción para elevar e iluminar al hombre,
y para transformar el oscuro plomo en oro brillante, con una vibración
alta.
Se hablará más sobre este tema en el próximo
número...
Echemos una mirada ahora a la estrella de siete puntas de los Caballeros
Templarios de Francia. Un viejo mapa de los Caballeros Templarios
muestra la posición de las siete principales comandancias,
las cuales están ordenadas en forma de estrella. También
en este caso los rayos de la estrella están en el mismo
orden que los planetas. Pero hay una diferencia: están ordenados
de forma invertida. Junto al centro de la estrella destaca el nombre
de la ciudad de Bourges. Curiosamente el famoso alquimista Fulcanelli,
describió Bourges como la ”piedra angular de la Gran
Obra de los alquimistas de Europa”, sin dar, sin embargo,
ulterior explicación. Solamente en 1998 se resolvió este
acertijo, al menos parcialmente. El geomántico Peter Dawkins
descubrió una extensa línea de energía, una
llamada ‘leyline’, que pasa a través de Francia
comenzando desde Saintes Maries de-la-Mer (el lugar de peregrinación
más importante de los gitanos sinti y roma), hasta Bourges
y Chartres, e incluso a través de Inglaterra. Ya que muchos
lugares de la leyenda del Grial están situados en esta línea,
Dawkins la llamó “línea del Grial”. Esta
línea del Grial pasa exactamente a través del centro
de la estrella de siete puntas de los Caballeros Templarios. En
el norte de Francia divide con precisión el rayo del Sol,
y en el sur corre entre los rayos de Saturno y la Luna, hasta el
Mediterráneo. Hay que mencionar que esta línea del
Grial no está representada en el viejo mapa de los Caballeros
Templarios. ¿Puede ser esta coincidencia pura casualidad?
Difícilmente. Sol, Luna y Saturno, los tres rayos planetarios
situados en la línea del Grial, representan la trinidad
de cuerpo, espíritu y alma. En alquimia corresponden a Sal,
Sulphur y Mercurius. Y si miramos a la estrella de siete puntas
Vitriol, la ubicación deliberada de la misma es incluso
más evidente. Los tres rayos del Sol, la Luna y Saturno
en la contracción VITRIOL, corresponden al comienzo, mitad,
y final de la palabra, es decir: a las letras VRL. VRL o VRIL es
el nombre de la fuerza elemental de la creación, omnipresente
y vigorizante. Las letras restantes IT e IO forman la palabra latina
ITIO, [in-itio = inicio = poner en el camino; de ‘iter’ =
camino o itinerario]*, significando el viaje o camino, o más
bien el flujo del poder universal de la creación a través
de los siete planetas en la forma de siete ”luces” divinas,
y, finalmente, el curso de la energía de la vida a través
del cuerpo, espíritu, alma, y de los siete chakras.
Línea del
Grial
Dibujo según un modelo de la estrella de siete puntas
de los Caballeros Templarios de Francia que indica la ubicación
de las principales comandancias de su orden y la línea
del Grial. |
|
Los Caballeros Templarios asociaron con toda intención
su estrella de siete puntas con el flujo de la energía de
la vida en nuestra tierra. Tal sensacional descubrimiento se hizo
justo antes del cambio de milenio. Como Dawkins, el geomántico
Siegfried Prumbach ha descubierto extensas líneas de energía.
Hace cuatro años descubrió que todas estas líneas
forman una trama geométrica regular: Una red global de energía
que está construida principalmente con 12 grandes pentágonos,
formando un llamado dodecaedro (uno de los cinco sólidos
platónicos). Exactamente en el centro de uno de estos grandes
pentágonos, el cual está superimpuesto en Europa
y en el norte de África, Bourges se sitúa como el
centro de la estrella de siete puntas. Y también la línea
del Grial corre exactamente a través del centro de este
pentágono.
El globo
con la red de energía de la Tierra. Los 12 grandes pentágonos
están divididos en pentágonos más pequeños
por los rayos marcados del pentagrama. |
|
|
Línea del Grial
El pentágono del interior del gran Pentágono
Europeo está exactamente superimpuesto sobre Francia.
En su centro se halla la ciudad de Bourges, la ”piedra
angular de la Gran Obra de los alquimistas de Europa”,
y la estrella de siete puntas de los Caballeros Templarios. |
Los Caballeros Templarios situaban las principales comandancias
de su estrella de siete puntas junto a fuertes centros de poder,
por ejemplo: el punto de la Luna en Rennes-le-Chateau (un lugar
legendario de los Cátaros) y el punto del planeta Marte
en Verdún (de hecho, este punto de Marte, el dios de la
guerra, obtuvo cierta fama durante la Primera Guerra Mundial).
Los Caballeros Templarios conectaron de forma particular el flujo
de energía entre los siete sitios de poder o ”chakras
de la Tierra” en Francia. El conocimiento secreto de los
alquimistas se relaciona con la manera en la que las energías
de los planetas en la estrella de siete puntas tienen que fluir
para tener un efecto revitalizante. Sabían cómo transformar
el “oscuro orden planetario” del nivel Nigredo en “oro” y
brillo. Llamaron a éste el nivel de vibración más
alta, “Rubedo” (= enrojecimiento) de acuerdo a los
colores que aparecen durante la transformación de la materia
en la Gran Obra. El esfuerzo de todos los grandes alquimistas fue
alcanzar este nivel de vibración más alta en su laboratorio
y dentro de sí mismos. Con este propósito Paracelso
transformó metales sólidos y gemas en lúcidos
elixires únicos. Éstos, utilizados como remedios,
sirven para “abrillantar” al hombre en consecuencia,
es decir: elevar su nivel vibracional, curar y sostener el desarrollo
del carácter y de la consciencia.
Referencias:
Arndt, Ulrich:Schätze der Alchemie: Metall-Essenzen (Tesoros
de la Alquimia: Esencias de los Metales), Schätze der Alchemie:
Edelstein-Essenzen (Tesoros de la Alquimia:Esencias de las Gemas),
Editorial Hans-Nietsch-Verlag, Freiburg (Alemania).
Informes sobre las pruebas (sólo en alemán): www.life-testinstitut.de
Acerca del sistema de sanación de los Arcanos Superiores
(sólo en alemán): www.edelstein-essenzen.de, y www.aurum-potabile.com
Descripción de las diferentes esencias (sólo en alemán):
www.allesgesunde.de
Bildquellen: ©Hans Nietsch Verlag, ©Siegfried Prumbach 1x
----------------
Anzeige ---------------- |
Bezug
der Bücher „Edelstein-Essenzen“ und „Metall-Essenzen“ im
Buchhandel
Bezug alchemistische Rubedo-Essenzen im Esoterikfachhandel.
Weitere Infos und Bezugsquellen bei:
allesgesunde
Otto-Raupp-Str. 5
79312 Emmendingen
Tel: 07641/9356-98
Fax: 07641/9356-99
E-mail: info@allesgesunde.de
Internetshop: www.allesgesunde.de |
|